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El desafío digital: cómo cerrar la brecha tecnológica con el talento senior

El desafío digital: cómo cerrar la brecha tecnológica con el talento senior

En un mundo empresarial en constante evolución, la transformación digital es una necesidad ineludible. Sin embargo, para muchas organizaciones, este proceso se topa con un prejuicio común y limitante: el edadismo laboral. La creencia errónea de que la edad es un obstáculo para la adaptación tecnológica ha llevado a que miles de profesionales seniors sean subvalorados o excluidos de estos procesos. Este artículo desmiente este mito y demuestra que la inclusión digital seniors no es solo posible, sino una fuente de ventaja competitiva, donde la cultura de aprendizaje continuo en la empresa pesa más que la edad.

1. El mito del desafío digital: más de cultura que de edad

Aunque la brecha digital es una realidad, los datos muestran que no es infranqueable. Según el Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, si bien solo el 21% de las personas mayores en Chile evalúa su habilidad para usar internet con una nota sobre 6, el 88% de los hogares con personas mayores tiene acceso a internet. Esto demuestra que la barrera no es la falta de acceso, sino la falta de uso y familiaridad, una brecha que puede cerrarse con la capacitación adecuada.

Este prejuicio se extiende al lugar de trabajo, donde el sector tecnológico, por ejemplo, ha visto una disminución en la proporción de trabajadores mayores de 40 años en favor de las generaciones más jóvenes, según un informe de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos citado por BioBioChile. Este edadismo laboral desaprovecha una oportunidad invaluable, pues ignora el potencial de un grupo con alta ética de trabajo y experiencia probada.

2. Adaptación tecnológica: la experiencia como catalizador

La adaptación tecnológica en el talento senior no es un problema de capacidad, sino de método y motivación. A diferencia de las generaciones más jóvenes, que a menudo aprenden por ensayo y error, los profesionales mayores de 50 años prefieren una capacitación estructurada y orientada a objetivos. Su vasta experiencia les permite comprender rápidamente cómo las nuevas herramientas pueden integrarse en los procesos existentes para mejorar la eficiencia y la productividad.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha destacado en su iniciativa BID Lab que el envejecimiento de la población en la región, en lugar de ser un desafío, es una oportunidad. De hecho, ha co-fundado programas como SilverTech en Argentina, que se enfocan en la reconversión laboral de personas mayores de 50 años en áreas digitales. Esto subraya que con el apoyo adecuado, el talento senior no solo puede adaptarse, sino liderar la transformación digital.

3. Creando una cultura de aprendizaje continuo para la inclusión digital

Para superar estas barreras, las empresas deben adoptar un enfoque proactivo que fomente el aprendizaje continuo en toda la organización. La clave no está en la edad de los empleados, sino en la cultura de la empresa. Las organizaciones que promueven un entorno de formación constante se adaptan mejor a los cambios del mercado, mejoran la productividad y retienen al talento.

Para lograr una verdadera inclusión digital seniors, las empresas pueden implementar acciones concretas:

  • Programas de capacitación a medida: Ofrecer cursos específicos que demuestren el valor de la tecnología para las tareas diarias de los profesionales seniors, como plataformas colaborativas o herramientas de gestión de datos.
  • Mentoría inversa: Fomentar que los trabajadores más jóvenes capaciten a sus colegas seniors. Esta práctica no solo cierra la brecha digital, sino que también fortalece lazos intergeneracionales y promueve una cultura de respeto mutuo.
  • Acceso a recursos: Facilitar el acceso a plataformas de formación online o incluso a programas de capacitación como los que ofrece el SENCE de forma gratuita, en áreas como ciberseguridad, diseño web y gestión de proyectos.

El desafío digital en el talento senior no es una fatalidad, sino una oportunidad para que las empresas demuestren su visión a largo plazo. Al invertir en la adaptación tecnológica de sus trabajadores mayores de 50, las organizaciones no solo luchan contra el edadismo laboral, sino que también cultivan una fuerza laboral más resiliente, productiva y conectada. Cerrar esta brecha es construir un futuro empresarial más sostenible e inclusivo.

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